Podemos criticar a Saporitti, aunque si hubiera que hacer cola para ello, sería mucho más larga que la que tuvieron que hacer los hinchas albiazules para entrar a la cancha en el desastrozo operativo de seguridad implementado por Racing el domingo pasado.
Pero no quiero dejar de rescatar quizá el único acierto de Saporitti desde que volvió a Talleres. Siempre insistió en que había que traer un arquero con experiencia. Muchos insistíamos en que era el momento del juvenil Requena (de gran futuro por cierto), quizá por ese deseo de que los pibes del club demuestren lo que demuestran en los torneos locales.
Requena atajó los partidos amistosos y la primera fecha. Si bien queda claro que tiene un gran futuro, se notó su falta de experiencia y quizá seguir adelante en este Talleres que arde, podía ser perjudicial para su carrera. El Sapo lo vió, quizás son discutibles muchas decisiones que tomá, pero que tiene años en ésto, es indiscutible.
El domingo pasado, contra Racing de Córdoba debutó Matías Giordano, el flaco insinuó en 90 minutos cumplir con tres requisitos fundamentales para un arquero: presencia, liderazgo y reacción.

Sin duda que le faltan muchos exámenes para rendir, pero el comienzo fue auspicioso y no quería dejarlo pasar por alto.