
El objetivo parece ser lograr que este Talleres que hoy es seguido por 12.000 socios que dijeron "presente" sin importarles el Argentino A y la poco auspiciosa situación en la que se encontraba antes de comenzar el torneo, lleve 25.000 personas por partido de local aprovechando la buena racha alcanzada de apenas dos victorias al hilo.
De esta manera a estos señores le cerrarán los números y habrán tenido en cuenta que el costoso alquiler del Chateau Carreras y el doblemente costoso operativo policial son nuevos gastos que no influyen en la posible ganancia por la jugosa recaudación "para el club". Habrán analizado como hombres de negocio que si Talleres pierde tres partidos, quedaremos las 12.000 almas de siempre perdidas en la inmensidad del Chateau. Porque está más que claro que en el fútbol, los estadios se llenan con simpatizantes, y cuando se vacían, quedan los hinchas. Difícil juzgarlo ahora, cuando apenas estamos viendo la punta del Iceberg.
Las preferencias del plantel han sido claras, al menos en las declaraciones, dicen preferir el Chateau por el excelente estado del campo de juego y por las dimensiones del mismo que permiten un juego abierto que perjudica a los rivales de la categoría. Otras voces afirman que la presión de la Boutique es algo que los equipos están muy acostumbrados por las características del Argentino A con gente pegada al alambrado en todas las canchas.

Tendremos que hacer un sacrificio los que pensamos que la identidad no se negocia, los que creímos que había otras ideas para pagar la deuda. Tendremos que colmar el Chateau. El pueblo albiazul lo puede y permítanme soñar que esa multitud de hinchas y simpatizantes que no eran socios, se acerquen y se queden con el matador pase lo que pase. Ahí si comenzaría a valer la pena